Todo el mundo sabe que es importante beber agua, pero la mayoría de nosotros no llegamos a consumir la cantidad que se considera saludable. “Un día cualquiera en la oficina deberíamos beber entre dos y cuatro litros de agua”, asegura el experto en fitness Fabrice Le Physique, fundador del gimnasio Munsterfit.
Pero, ¿por qué tanta cantidad? “La deshidratación puede empezar en cuanto te despiertas por la mañana, lo que se traduce en dolores de cabeza, irritación y falta de concentración. En cuanto te hidratas, el agua te ayuda a preparar y descongestionar el cuerpo”, continúa. Es decir, cuanto más bebes, mejor te sientes.
De hecho, los beneficios del agua son incuestionables: ayuda a perder peso mediante la aceleración del metabolismo y la regulación del apetito, mejora la circulación y reduce el riesgo de enfermedades graves como el cáncer de vejiga, de colon y de mama.
Y, atención los más vanidosos, también ayuda a mantener la piel firme y elástica. Además, a diferencia de la mayoría de bebidas energéticas, el agua no contiene aditivos como azúcares o conservantes, lo que la convierte en la bebida más saludable que existe. Se podría decir que el agua es un elixir milagroso sin un precio exorbitado y, tal como comenta Le Physique, “no importa si bebes agua embotellada o del grifo; eso es solo cuestión de gusto”.
La única condición que pone Fabrice es que el agua debe mantenerse a temperatura ambiente antes del entrenamiento y que lo ideal es empezar a hidratarse entre media hora y dos horas antes de empezar. Sí: durante el ejercicio es cuando el agua se hace valer de verdad, especialmente a la hora de tonificar el cuerpo.
“El agua ayuda a transportar los nutrientes, lo que a su vez reduce la indigestión, que puede provocar hinchazón de estómago”, explica Fabrice. “Beber suficiente agua puede ayudar a eliminar toxinas y a reducir la sensación de hinchazón, que a veces puede ocultar la definición de los abdominales”.
Y, por supuesto, no te olvides de beber agua al salir del gimnasio. La rehidratación posentrenamiento es vital para restablecer las reservas de agua perdidas durante ejercicios intensos y para ayudar a la reparación de las proteínas musculares. Ahora no lo pienses más y levántate a por un buen vaso de agua.
